lunes, 28 de abril de 2014

RAMSÉS



La noche caía en Karnak. Los obreros habían ordenado sus herramientas y la obra estaba vacía. En menos de una hora astrónomos y astrólogos subirían al tejado del templo para estudiar el mensaje de las estrellas.

-¿Qué es un faraón? –le preguntó Seti a Ramsés.

-El que hace feliz a su pueblo.

-Para alcanzarlo no trates de hacer felices a los humanos en contra de su voluntad; por el contrario, realiza actos gratos a los dioses y al Principio que crea constantemente. Construye templos semejantes al cielo y ofrécelos a sus maestros divinos. Busca lo esencial, y lo secundario será armonioso.

-¿Lo esencial no es Maat?

-Maat muestra la buena dirección, es el timón de la barca comunitaria, el zócalo del trono, la mesura perfecta y la rectitud del ser. Sin él, nada justo puede llevarse a cabo.

-Padre…

-¿Qué inquietud te atormenta?

-¿Estaré a la altura de mi cargo?

-Si no eres capaz de elevarte, serás aplastado. El mundo no podría tener equilibrio sin la acción del faraón, sin su verbo, sin los ritos que celebra. Si la institución faraónica desapareciera un día, a causa de la estupidez y la codicia de los humanos, el reino de Maat se acabaría y las tinieblas volverían a cubrir la tierra. El hombre lo destruirá todo a su alrededor, incluidos sus semejantes, el fuerte aniquilará al débil, la injusticia triunfará, la violencia y la fealdad se impondrán por doquier. El sol no se alzará, incluso si su disco permanece en el cielo. Fundamentalmente, el hombre aspira al mal. El papel del faraón es el de enderezar el tallo torcido, de poner sin cesar orden en el caos. Toda otra forma de gobierno está destinada al fracaso.




CHRISTIAN JACQ, nace el 28 de abril de 1947, en París.

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